Despierta tu cerebro: ¡escucha música!
No importa qué tipo de música estés escuchando, lo cierto es que tu cerebro está respondiendo al ritmo, y no solo por los movimientos de cabeza. La investigación muestra que la melodía correcta puede moderar tus sentimientos de ansiedad, energizar tus extremidades e incluso reforzar su sistema inmunológico. He aquí cómo.
Descubre tu ritmo ideal
Los científicos que estudian la música han identificado algo que se llama “tempo motor preferido”, una teoría según la cual todo el mundo tiene un ritmo ideal cuando se trata de la música que disfrutan. “Cuando uno escucha la música a su ritmo favorito, las áreas del cerebro que controlan el movimiento se ven más emocionadas, lo que hace más probable que empieces a seguir el ritmo con los pies o te mueves a su ritmo”, explica Martin Wiener, Ph.D., psicólogo de la George Mason University.
Generalmente, los latidos más rápidos le dan vida a tu cerebro, añade Wiener. Pero hay un límite. “Si un tempo es más rápido que lo que te gusta escuchar, tu cerebro se vuelve menos entusiasmado porque te muestras menos interesado”, explica. Cuanto mayor te haces, el ritmo de tu “tempo preferido” tiende a disminuir, dice Wiener (es por eso que los jóvenes prefieren la música pop, mientras que sus padres optan por melodías más lentas).
Lista de reproducción para cuando haces ejercicio
Si estás escuchando tu ritmo ideal durante el ejercicio, amplificar la corteza motora de tu cerebro puede hacer que tu entrenamiento parezca menos esforzado, sugiere la investigación de Wiener. Otro estudio de la Universidad Estatal de Florida (FSU) también confirmó que, al distraer al cerebro, la música reduce la cantidad de dificultad y esfuerzo que la gente percibe durante el ejercicio.
¿Por qué? Porque tu cerebro relaciona la buena música como algo “gratificante”, lo que conduce a un aumento en la hormona dopamina para sentirse bien, dice Wiener. “Este aumento de la dopamina podría explicar la felicidad que algunas personas sienten cuando están escuchando música que disfrutan enormemente”.
Investigadores del Reino Unido encontraron que, así como la música optimista ilumina las partes de tu cerebro responsables del movimiento, también aumenta la actividad cerebral relacionada con la atención y la percepción visual. Básicamente, los temas rápidos pueden acelerar tu tiempo de reacción y capacidad de procesar la información visual.
La música y la salud
Las personas que escuchaban música relajante antes de una cirugía sentían menos ansiedad que aquellas que ingirieron medicamentos para reducir la ansiedad, según un estudio neurocientífico. Ese estudio también encontró evidencias de que, además de reducir los niveles de sustancias químicas del cerebro relacionadas con el estrés, como el cortisol, la música también parece aumentar las cantidades de inmunoglobulina A, un anticuerpo que fortalece el sistema inmunológico.
Si bien los mecanismos detrás de todos estos beneficios no están totalmente claros, los poderes de la música para reducir el estrés podrían ayudar a explicar cómo las melodías maravillosas refuerzan las defensas del cuerpo. Incluso si la música es lenta y sombría, siempre y cuando te guste, te sentirás bien, según la investigación de Japón.
No importa qué tipo de música estés escuchando, lo cierto es que tu cerebro está respondiendo al ritmo, y no solo por los movimientos de cabeza. La investigación muestra que la melodía correcta puede moderar tus sentimientos de ansiedad, energizar tus extremidades e incluso reforzar su sistema inmunológico. He aquí cómo.
Descubre tu ritmo ideal
Los científicos que estudian la música han identificado algo que se llama “tempo motor preferido”, una teoría según la cual todo el mundo tiene un ritmo ideal cuando se trata de la música que disfrutan. “Cuando uno escucha la música a su ritmo favorito, las áreas del cerebro que controlan el movimiento se ven más emocionadas, lo que hace más probable que empieces a seguir el ritmo con los pies o te mueves a su ritmo”, explica Martin Wiener, Ph.D., psicólogo de la George Mason University.
Generalmente, los latidos más rápidos le dan vida a tu cerebro, añade Wiener. Pero hay un límite. “Si un tempo es más rápido que lo que te gusta escuchar, tu cerebro se vuelve menos entusiasmado porque te muestras menos interesado”, explica. Cuanto mayor te haces, el ritmo de tu “tempo preferido” tiende a disminuir, dice Wiener (es por eso que los jóvenes prefieren la música pop, mientras que sus padres optan por melodías más lentas).
Lista de reproducción para cuando haces ejercicio
Si estás escuchando tu ritmo ideal durante el ejercicio, amplificar la corteza motora de tu cerebro puede hacer que tu entrenamiento parezca menos esforzado, sugiere la investigación de Wiener. Otro estudio de la Universidad Estatal de Florida (FSU) también confirmó que, al distraer al cerebro, la música reduce la cantidad de dificultad y esfuerzo que la gente percibe durante el ejercicio.
¿Por qué? Porque tu cerebro relaciona la buena música como algo “gratificante”, lo que conduce a un aumento en la hormona dopamina para sentirse bien, dice Wiener. “Este aumento de la dopamina podría explicar la felicidad que algunas personas sienten cuando están escuchando música que disfrutan enormemente”.
Investigadores del Reino Unido encontraron que, así como la música optimista ilumina las partes de tu cerebro responsables del movimiento, también aumenta la actividad cerebral relacionada con la atención y la percepción visual. Básicamente, los temas rápidos pueden acelerar tu tiempo de reacción y capacidad de procesar la información visual.
La música y la salud
Las personas que escuchaban música relajante antes de una cirugía sentían menos ansiedad que aquellas que ingirieron medicamentos para reducir la ansiedad, según un estudio neurocientífico. Ese estudio también encontró evidencias de que, además de reducir los niveles de sustancias químicas del cerebro relacionadas con el estrés, como el cortisol, la música también parece aumentar las cantidades de inmunoglobulina A, un anticuerpo que fortalece el sistema inmunológico.
Si bien los mecanismos detrás de todos estos beneficios no están totalmente claros, los poderes de la música para reducir el estrés podrían ayudar a explicar cómo las melodías maravillosas refuerzan las defensas del cuerpo. Incluso si la música es lenta y sombría, siempre y cuando te guste, te sentirás bien, según la investigación de Japón.
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