Conservatorio de música a la Discapacidad Conservatorio de música a la Discapacidad Ibagué ciudad musical de Colombia y el Conservatorio de Ibagué "Amina Melendro de Pulecio" abre su conservatorio a la discapacidad e investigación en la Musicoterapia y Sicoacústica. Ibagué ha abierto su conservatorio a las personas con discapacidad a través de la estimulación a partir del sonido, audición, percepción, sensación y emoción "Música para ver; formas para escuchar", un innovador proyecto en estimulación sensorial motriz, que pone de manifiesto el poder rehabilitador de la música y sus beneficios en las habilidades, destrezas, desarrollo emocional, Sico social del ser humano. Conocedores de los efectos estimulantes, sanadores y restaurativos de la música ponemos a su disposición nuestros conocimientos, enfocados a mejorar la calidad de vida de la población colombiana. Ofrecemos un espacio de interacción individual y grupal mediante el uso de la música para mejorar el desempeño físico, psicológico, intelectual y social de las personas. Pretendemos mediante una propuesta músico-terapéutica seria, aportar a la búsqueda de soluciones alternativas a los problemas generados por la vida cotidiana. Comprometidos con el cuidado de la vida y del espíritu y utilizando como medio terapéutico la música, hemos conformado una red de profesionales compuesta por músicos, pedagogos, terapeutas ocupacionales, psicólogos y abogados dispuestos a poner sus conocimientos al servicio de los que lo necesitan. El responsable de esta iniciativa es la profesor de Música, Herramientas sonoras, Musicoterapia y una especialización en mediciones acústicas , Germán Eduardo Sabogal, quien patentó hace veinte años las metodologías y procesos dentro del aprendizaje significativo por la que mediante la Sico acústica o electro acústica, "longitud y amplitud de onda", se actúa sobre el sistema central nervioso se lleva a recuerdos y se llega a los umbrales del cerebro donde no llegan las palabras y estimula por medio de sonidos naturales, industriales y orgánicos y que por momentos recupere su memoria, motricidad y sus emociones para "mejorar la atención sostenida, la memoria y sus funciones ejecutivas". Una veintena de niños mayores de siete años y con distintas discapacidades intelectuales y del desarrollo participan en esta iniciativa que comenzó hace cuatro años en el Conservatorio de Ibagué Amina Melendro de Pulecio, sobre el que están puestas las miradas de muchos investigadores por esta experiencia. Los chicos asisten a 30 clases lectivas grupales por curso con Germán Sabogal, quien utiliza todo tipo de sonidos y timbres con el piano, la flauta, el violín o la armónica para lograr que mediante la estimulación auditiva estos mejoren sus habilidades en lenguaje, equilibrio, orden y psicomotricidad fina y gruesa. "En contacto directo con estas secuencias sonoras se produce la explosión del lenguaje en niños que no tienen esa capacidad y que empiezan a imitar sonidos", explica Sabogal, quien ha podido constatar también como su terapia permite actuar en el sistema vestibular, en todo lo relacionado con el equilibrio y el control espacial, así como en una mejora de la psicomotricidad que posibilita que algunos niños empiecen a tocar instrumentos. De hecho, en la actualidad tres chicos con discapacidad son alumnos oficiales del conservatorio y aprenden a tocar un instrumento "con programas adaptados que les permiten ir cumpliendo sus objetivos poco a poco" y participar en los conciertos que organiza el centro. Según relata el profesor emérito, el empezó a investigar en el ámbito de la Musicoterapia con enfermos terminales y descubrió como, al estimular con sonidos interpretados con su violín, consiguió estimular y darles una mejor calidad de vida.. Posteriormente, en colegios de la ciudad de Bogotá hizo un experimento con niños de 18 años y logró en tan solo 70 horas "aumentar en un 98% la atención sostenida y la memoria" de estos pequeños. |
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