Sobre musicoterapia y más…
Desde el vientre materno, la música nos acompaña a lo
largo de nuestra vida.
Desde que hace ya 6 años entrara de la mano de la
Fundación Porque Viven en las casas de los niños en Cuidados Paliativos Pediátricos
que atiende la Unidad de CPP que coordina el Dr. Martino en el Hospital Niño
Jesús de Madrid, mi vida cambió de una manera increíble.
Empecé a entender que de los aproximadamente 3000
niños menores de 18 años que mueren en España cada año, el 80% no lo hacen por
enfermedades oncológicas sino por enfermedades neurodegenerativas. Y este fue
un dato que me llamó la atención, pues siempre que me hablaban de muerte
infantil me venía a la cabeza la misma imagen que a ti que estás leyendo estas
líneas. Comencé a indagar más y más sobre el tema. Y me asombré de que nuestra
sociedad no dedicara más esfuerzos a ellos, a los más pequeños, a través de los
#cuidadospaliativos.
De la mano de Carola del Rincón -la maravillosa
psicóloga de la Unidad-, las familias no solo abrieron las puertas de sus casas
para que entráramos con instrumentos musicales, sino que abrieron las puertas
de sus vidas. Conocer a sus niños (mis niños, como los llamo siempre) y
comenzar a entender el mundo desde su lugar, a través de sus ojos, de sus
respiraciones, pequeños movimientos...
Carla en Hospital Laguna
Escuchando primero, tienen mucho que decir.
Acompañando después, ellos marcan por donde quieren
ir.
Estando en silencio, ¡qué necesario!.
Tomando un café con mamá/papá, simplemente estando.
A los Cuidados Paliativos Adultos llegué hace no
tanto, gracias a la Fundación Laguna. Y allí tuve el privilegio de acompañar a
muchas personas que acabaron de cambiarme por completo. Con ellos exploré todo
lo que la Musicoterapia puede hacer en el final de la vida desde lo no verbal.
Desde el viajar lejos a través de los sonidos… a pesar de no podernos levantar
de la cama.
Musicoterapia en Cuidados Paliativos
En estos años he aprendido que los Paliativistas son
aquellas personas que quiero tener cerca si en algún momento los necesito.
Porque no nos podrán curar, pero saben cuidar. Me he dado cuenta del gran tabú
que es la muerte en nuestra sociedad, a pesar de que todos nosotros pasaremos
por ella. Y que es una responsabilidad de todos hacer visibles las necesidades
que como sociedad no podemos obviar.
Todos y cada uno de esos pequeños-grandes corazones me
acompañan siempre, igual que los acompañé yo: desde el más puro amor. A pesar
de que muchos de ellos ya lo hacen desde otro lugar.
Descubrí que los cuidados paliativos no son sinónimo
de muerte, sino de vida.
De calidad y bienestar al final de la vida.
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