La
musicoterapia pasiva mejora el nivel nutricional, digestivo e inmunológico de
pacientes geriátricos en coma
La
musicoterapia pasiva mejora el nivel nutricional, digestivo e inmunológico de
pacientes geriátricos en coma o en estado de mínima conciencia, según ha
mostrado un estudio llevado a cabo por Sanyres, en colaboración con el
departamento de estadística de la Universidad de La Salle.
El
programa, el primero que se realiza de este tipo, se ha puesto en marcha en el
centro Sanyres Aravaca de Madrid y los resultados han sido presentados en el
último encuentro de la Sociedad Española de Neurología. Para llevarlo a cabo,
los expertos analizaron a 14 pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados
Especiales Geriátrico (UCEG) con una media de edad de 87,29 años.
A
todos ellos, se les realizó una valoración previa consistente en pasar unos
test como el 'Noma/Near Coma Scale', 'Disability Rating Scale', 'Rancho de los
Amigos de funcionamiento cognitivo' y 'Escala del coma Glasgow'; además de
mediciones de constantes vitales, incluyendo la frecuencia cardiaca y
respiratoria, saturación de oxígeno, temperatura, glucemias y peso. También se
les realizó una valoración subjetiva de los familiares de los residentes.
A
nivel técnico, en las televisiones de cada habitación se conectó contenido
audiovisual en el que cada pista estaba asociada a la actividad que se iba a
desarrollar con el residente. Por ejemplo, durante las comidas las imágenes
eran de alimentos y la música activadora, mientras que en el momento de la
ducha, considerado estresante para el residente, se eligió una música
relajante. Entre las 20.00 horas y las 8.00 horas, el programa se desactivó
para ayudar a orientar el ciclo vigilia-sueño.
"Se
ha tenido que implicar a toda la residencia puesto que hemos tenido que
eliminar los ruidos en las zonas donde se ha estado aplicando, bajar el volumen
de las televisiones y, además, el personal ha colaborado muchísimo bajando el
tono de voz y evitando realizar ruidos molestos en sus tareas cotidianas",
ha explicado el neuropsicólogo y director de Sanyres Aravaca y Sanyres Aravaca
Centro, Juan Castilla.
LA
MÚSICA MOVILIZA A UN GRAN NÚMERO DE CIRCUITOS CEREBRALES
A
través de la musicoterapia pasiva, que ya ha demostrado beneficios en neonatos
o en personas con discapacidades severas, el paciente escucha música pero sin
instrumentos ni movimientos activos, y es de "gran utilidad" ya que
la música es un estímulo que moviliza un gran número de circuitos cerebrales en
ausencia de otros estímulos que de forma habitual desencadenan su actividad.
Por
ello, altera de forma subliminal el patrón habitual de procesamiento de la
información sensorial que llega al cerebro y hace que las personas respondan de
manera diferente. "Con este tratamiento el paciente recibe una
estimulación ambiental de forma pasiva a base de ondas musicales con temas
elegidos por un experto musicoterapeuta y adaptados a los diferentes momentos
del día. Además, se acompaña de imágenes también asociadas a la actividad
diaria", ha puntualizado Castilla.
Así,
los investigadores han comprobado que el tratamiento tiene efectos
"positivos" en estos pacientes ya que mejora la función fisiológica,
los 'linfocitos T' del sistema inmunológico, de la frecuencia cardiaca, de la
tensión arterial y, además, los pacientes reaccionan a los estímulos y están
"más conectados" con el entorno. Para las familias también ha sido
una terapia positiva puesto que la interactuación entre ellos mejora
visiblemente.
"En
este tiempo de aplicación del estudio hemos conseguido diferencias importantes
como, por ejemplo, en el peso de los residentes estudiados. En tan sólo dos
meses ya se pueden apreciar cambios positivos y estadísticamente
significativos. Por el momento, creemos que los resultados son prometedores y
son una nueva vía que se debe incluir en los tratamientos geriátricos
especiales para este tipo de residente", ha zanjado Castilla.
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