Germán Sabogal

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El encuentro a través del canto

El encuentro a través del canto

ESTHER GARCÍA VALVERDE MUSICOTERAPEUTA DE EULEN SOCIOSANITARIOS EN EL CRE DE ALZHEIMER


Las personas con demencia en fase avanzada presentan grandes dificultades para percibir e interpretar la información del ambiente, así como para expresarse mediante el lenguaje verbal. Estos dos aspectos son cruciales para poder mantener el diálogo, de manera que si se deteriora la comunicación, nos resultará más complicado identificar y cubrir las necesidades psicosociales de la persona.

Esta es la base en la que se sustenta la investigación llevada a cabo por Hanne Mette Ridder (2003), musicoterapeuta danesa especializada en el ámbito de las demencias, la cual propone el uso de canciones familiares como una forma de fomentar el diálogo atendiendo a la individualidad de la persona.

Cantar es una actividad que puede adaptarse fácilmente al nivel funcional de cada paciente. En el trabajo grupal, las personas pueden participar cantando, bailando, escuchando, siguiendo el pulso, o también acompañando el tema con instrumentos musicales. Por lo tanto, es una actividad que integra a todos los miembros del grupo, tengan o no la capacidad para expresarse a través del lenguaje verbal.

Cuando el lenguaje verbal comienza a deteriorarse, como les ocurre a las personas con demencia, la comunicación se ve gravemente afectada. El lenguaje no verbal cobra más protagonismo, así como el tono de voz, la intensidad, las pausas, el énfasis, o el ritmo que empleamos al expresarnos. «Lo importante no es lo que decimos, sino cómo lo decimos» (Aldridge, 2000). Los fundamentos del lenguaje son puramente musicales, y a su vez, las canciones contienen significado personal y un componente narrativo que actúan como vehículos de expresión.

Wendy Magee (1999) sostiene que las canciones son como «viejos amigos» con los que vivimos buenos y malos momentos. Contienen un significado profundamente personal y pueden ser un medio a través del cual la persona puede expresar emociones. El reencuentro con estas viejas canciones puede evocar respuestas emocionales o físicas inmediatas.

Ya en fases tempranas de la enfermedad, la persona presenta dificultades para orientarse o para recordar fechas o eventos, por lo que se destaca la importancia de centrarnos en elementos ricos en señales. Algunas canciones pueden contener información acerca del entorno, del momento del día en que nos encontramos, del principio y fin de la terapia, incluso de cómo se encuentra un paciente. Actúan como señales contextuales que facilitan la orientación.

No obstante, es importante tener en cuenta que no existen fórmulas únicas, como señala Concetta Tomaino (2000), «La música no es universal con esta población. Sí, ciertas melodías calmarán y otras estimularán, pero para realmente alcanzar a una persona con demencia en un nivel personal, sus preferencias musicales se deben tener en cuenta».


La persona ha de ser siempre nuestro punto de partida, en su historia de vida encontraremos las claves para abrir nuevas vías de comunicación. La música puede ser una de ellas, puesto que detrás de algunas melodías se esconden recuerdos, emociones o sensaciones que se despiertan cuando vuelven a ser cantadas.

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